Los nuevos "testigos"

Ayer por la noche fue a visitarme una vecina para externarme su preocupación por la futura llegada del Peje a hacer visitas domiciliarias, por más que le dije que era muy difícil que él en persona se presentara aquí en el rancho ella se negaba a atender razones. La buena señora (que ya esta grandecita y vive en un estado de precariedad casi absoluta) se veía tan angustiada que pensé que probablemente le preocupaba no tener un lugar digno para sentarse a charlar con él, ni reproductor de DVD para que le exhibieran el material audiovisual que mencionó en su discurso o peor aún, que el baquetón de su hijo soltero y drogadicto hiciera acto de presencia e hiciera alguna de las escenas que acostumbra cuando anda escaso de drogas y que se vieran obligados a llamar a la policía y ella perdiera con esa acción la oportunidad de solicitarle una credencial que la ayudara a obtener una de las becas de apoyo a adultos mayores que promueven el FAP y que le permitiera ayudarse un poco.

Así es que sin pensarlo más le hice el generoso ofrecimiento de que si llegaba el Peje lo atendería yo en mi casa y la invitaría a acompañarnos para escuchar atentos y respetuosos su propuesta para defender a Pemex. Cuando terminé de decirlo y esperaba a que mi vecina me diera las gracias llorando de emoción, la señora me soltó de sopetón ¡No, si yo lo que quiero es que no entre en mi casa! Ya ve como son de fijadas las vecinas y van a pensar que yo también soy una de esas "adelitas" que andan bailando tubo-tubo. Además ya dijo el padrecito que esos del perredé hacen abortar a las muchachas ¡y yo soy catolica! Lo que quiero es que me haga en su computadora un cartelito de esos que poníamos en las ventanas para ahuyentar a los testigos de Jehova, termino diciendo.

Me dejo sin palabras, pero ¿quién soy yo para cuestionar a un adulto? Mi educación no me lo permite.

Entre ayer y hoy ya llevo vendidas casi doscientas, puedo dar precios de mayoreo.

(Piratas absténganse, ya esta registrada ante Derechos de Autor)